En la sociedad actual, el promotor inmobiliario es a menudo visto con recelo. Con frecuencia se le asocia con la especulación, los precios elevados y la falta de ética.
Sin embargo, muy lejos de esa leyenda negra (bien ganada por algunos, no lo podemos negar), lo realmente cierto es que el promotor inmobiliario es una figura clave en el desarrollo económico y social de una comunidad, de una ciudad, de un país, de una cultura. Es el responsable de proporcionar viviendas y otros inmuebles a familias, empresas e instituciones; inmuebles que son elementos esenciales para llevar a cabo proyectos personales, familiares, empresariales, institucionales y sociales.
Ciñéndonos a nuestro caso, Agruppa Homes es una empresa promotora inmobiliaria que se dedica a construir casas de alta calidad, bellos diseños, funcionalidad, sostenibilidad, eficiencia y economía de uso, en magníficas localizaciones.
Agruppa Homes entiende que una casa es mucho más que un simple producto. Una casa es un hogar, un lugar el que basar físicamente un proyecto familiar, un lugar en el que vivir los grandes y pequeños momentos de la vida; todos esos que luego son los recuerdos perdurables para siempre. Un lugar de encuentro, de descanso, de unión, de felicidad.
Agruppa Homes es sinónimo de estupendos y pensados espacios interiores y exteriores, amplias y agradables zonas comunes, materiales de alta calidad y tecnologías de última generación. Todo ello, buscando siempre la integración en los entornos y municipios en los que construimos, mejorándolos, así como los máximos niveles de sostenibilidad, eficiencia energética y respeto medioambiental.
El promotor inmobiliario asume riesgos importantes, poniendo en juego su patrimonio durante años en cada nuevo proyecto que emprende. Y por ello, naturalmente, sin contradecir ninguno de los objetivos mencionados en todos los párrafos iniciales, el buen promotor busca también la rentabilidad que busca cualquier empresario para poder seguir adelante con su misión y conseguir la mejor calidad de vida posible para las familias de los accionistas y de las centenas de personas que trabajan en un proyecto de promoción inmobiliaria desde que es tan solo una idea hasta que es una construcción terminada.
¿Y el precio de la vivienda qué? Pues lo más fácil evidentemente cargar la culpa de que los precios sean altos al “temible” promotor especulador. Nada más lejos de la realidad:
Las viviendas podrían bajar mucho de precio y ser mucho más asequibles para todos los segmentos sociales si estos dos factores fueran realmente acometidos con ganas por las administraciones mediante la comprensión real del proceso de promoción inmobiliaria y mediante la búsqueda del bien de la ciudadanía a través de la colaboración público privada.
En definitiva, desde Agruppa reivindicamos, pretendiendo siempre ser uno de ellos, la figura del buen promotor inmobiliario como pieza esencial en la sociedad; como alguien que acomete y termina sus proyectos con objetivos nobles para los demás y para sí, y con un mandato ético y estético siempre presente para servir a la sociedad en la que se desenvuelve.